Enseñar valores no requiere discursos ni lecciones largas.
Los niños aprenden observando, repitiendo y, sobre todo, jugando.
Durante los primeros años, el cerebro está en plena construcción de sus redes emocionales y sociales, por lo que cada interacción se convierte en una oportunidad de aprendizaje moral y afectivo.
En LINKIDS, combinamos el desarrollo cognitivo con el emocional para formar niños más empáticos, seguros y felices.
🧠 La base científica: el cerebro emocional en acción
Entre los 0 y 6 años, el cerebro infantil desarrolla la corteza prefrontal, encargada del autocontrol, la empatía y la toma de decisiones.
Cuando los niños participan en actividades que implican cooperación, compartir o esperar turnos, se activan las mismas áreas cerebrales que intervienen en la empatía y la comunicación social.
La clave está en crear experiencias que unan afecto + lenguaje + acción.
🎲 Juego 1: “Compartimos el ritmo” 🥁
Siéntate frente a tu hijo y haz un ritmo sencillo con las manos (palmas, rodillas, palmas).
Luego invítalo a repetirlo contigo.
Este juego enseña coordinación, atención compartida y trabajo en equipo.
💡 Consejo: repite el ritmo con palabras en distintos idiomas (por ejemplo, “uno-dos-tres / one-two-three”). Así integras lenguaje, ritmo y cooperación.
🤝 Juego 2: “Ayúdame a guardar” 🧸
Después de jugar, invítalo a recoger los juguetes diciendo:
“Guardamos juntos”, “Let’s clean up”, “On range ensemble”.
Este simple acto enseña responsabilidad, colaboración y respeto por el entorno.
Repetir la actividad con constancia forma hábitos positivos y refuerza el sentido de pertenencia.
💬 Juego 3: “Emociones con gestos” 😊😢😠
Frente a un espejo, hagan caras que representen alegría, tristeza o enojo mientras nombran la emoción.
Luego pueden decirlo en otros idiomas: happy, triste, en colère, shēngqì.
Este ejercicio desarrolla la inteligencia emocional y la empatía: el niño aprende a reconocer y poner nombre a lo que siente, en sí mismo y en los demás.
🌈 Conclusión
Los valores no se enseñan, se viven y se modelan.
A través del juego, el amor y el lenguaje, los niños aprenden respeto, empatía y cooperación mientras su cerebro se desarrolla.
En LINKIDS, integramos estos valores dentro del proceso educativo porque crecer inteligente también significa crecer con corazón.
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